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José Liria Fernández, Pepín Liria. Matador de toros, nacido en Cehegín (Murcia) el 10 de marzo de 1971. Comenzó su andadura taurina de la mano del conocido apoderado Luis Sánchez, “Guerrita”, y cuando contaba con sólo trece años estoqueó, en su pueblo natal, el primer becerro. Se viste de luces por primera vez en público en la localidad murciana de Los Barreros, en septiembre de 1988, actuando en la parte seria del espectáculo cómico-taurino de El Bombero Torero. Debuta con picadores en Cehegín el 8 de abril de 1990, acartelado con Vicente Bejarano y Miguel Carrasco, en la lidia de novillos de Soto de la Fuente, a los que corta una oreja y las dos y el rabo. Torea mucho esa temporada de 1990, alternando hasta diecinueve tardes, una de ellas en Francia. Allí se presenta en Collioure, el 16 de agosto. Diecinueve novilladas torea en 1991, dos de ellas en Francia, pero con el denominador común de no dejarse ver en plazas importantes, lo que indudablemente hace que se desconozcan sus buenas maneras y su gran valor con los novillos más difíciles. Le ayuda en 1992 Alberto Aliaño, y aunque el tono de su temporada es parecido a las anteriores, todas las referencias de sus actuaciones que llegan a los periódicos hablan de un novillero que poco a poco se va cuajando y que suele entusiasmar a los aficionados más selectos. Termina con veinticuatro novilladas en su haber, dos de ellas en Francia. En 1993 cambia de apoderado. Su carrera la lleva desde este año Antonio Lorena. Con él comienza una temporada donde se presenta y Madrid y Barcelona. Se despide de novillero en la importante feria de novilladas de Arganda del Rey (Madrid), el 6 de septiembre. Había intervenido en veintisiete novilladas, una en Francia. Vestido de blanco y oro, toma la alternativa en Murcia, el 11 siguiente. Ortega Cano lo doctora, al cederle la muerte de un toro de la ganadería de Torrestrella que se llamaba “Banquero”, marcado con el número 56, negro de capa y que dio en la báscula un peso de 500 kilos. Presencia la ceremonia Finito de Córdoba. Obtiene un resonante éxito al cortar una oreja de cada uno de sus dos toros. Esta temporada la finaliza bajo la dirección de Ángel Pardo. La campaña de 1994 es fundamental en su carrera. El 27 de marzo, confirma en Madrid su alternativa murciana. Fue padrino de la ceremonia David Castro, “Luguillano”, y presencia la cesión de trastos de matar Óscar Higares. Aquel le cede la muerte del primer toro de la tarde, “Piconero” de nombre, herrado con el número 44, negro, listón, bragado y meano de capa, de 503 kilos de peso y perteneciente al hierro de don Manuel Ángel Millares. Vistió Pepín de rojo y oro. En una corrida mal presentada e inválida, consiguió dar una vuelta al ruedo. Torea en total treinta y dos corridas de toros y de su valor ha sacado el partido que todo torero debe rentabilizar. Su esfuerzo, justamente, este año se ha visto recompensado con el general reconocimiento de los aficionados más exigentes. Intensa fue su campaña de 1995, en la que mostró su preparación, un valor envidiable y una constancia en la superación de los problemas que las corridas durras presentan a los toreros, ante las que nunca se desanimó. En esta temporada termino la Feria de San Isidro revalorizado, lo que probablemente pesó en la misma. Finaliza la campaña con cincuenta y cuatro corridas, tres de ellas en Francia y una en Portugal, y con el respeto de los aficionados. La temporada de 1996 consolida su puesto con grandes triunfos, muy por encima de todos el conseguido en Sevilla en las tres tardes que actuó. Termina el año actuando en ochenta corridas y supera la centena de orejas. La temporada de 1997 la concluye con sesenta corridas y supera con creces el centenar de orejas. Consigue por fin salir por la puerta del Príncipe de Sevilla. Lo consiguió el 1 de mayo, en la que tras lidiar seis toros de Sánchez de Ibargüen con motivo de la Corrida de la Prensa cortó tres orejas y dio una vuelta al ruedo. Esta misma campaña es declarado triunfador de la feria de Granada. En la temporada de 1998 termina con cincuenta y cinco corridas y corta cerca del centenar de trofeos. La temporada de 1999 tiene un diseño parecido a las pasadas, se cimenta en Sevilla. Fue premiado en la feria de Tafalla (Navarra) como triunfador y mejor estocada; también lo consiguió en la feria de Murcia. Liria resultó cogido en varias ocasiones merced a su rabia y pundonor empleado; las más graves fueron en Córdoba, Madrid y Santander. Sube a setenta y una funciones en la temporada de 1999. La primera temporada del segundo milenio la termina con cuarenta y cinco corridas y más de media centena de orejas. Y, como no, vuelve a ser profeta en su tierra llevándose muchos premios por sus buenas actuaciones. Una de las mejores páginas que firma fue el 24 de junio en la feria de Badajoz, donde indulta al toro de nombre “Pelotero”, perteneciente a la ganadería de Vistorino Martín. De nuevo se proclama triunfador de la feria de Murcia. La temporada de 2001 la acaba con cuarenta y tres corridas. Por enésima vez es profeta en su tierra cortando cinco orejas en las tres tardes anunciado, en dos de las cuales salió en hombros. A cuarenta y siete corridas asciende su temporada de 2002. El 27 de abril indulta un toro de Nazario Ibáñez en Yecla (Murcia). Confirma en La México en la tarde del 3 de marzo de 2002. Esta temporada de 2002 no parece ser tan contundente como las anteriores en cuanto a número de triunfos conseguidos en plazas de relevancia. Salva el honor en Murcia. La temporada de 2003 la termina con treinta y seis corridas; esta cifra le impide pasar al grupo especial de matadores. Pese al bajo número de festejos y a que es muy raro que Liria viaje en el invierno a tierras americanas, la temporada tiene aspectos muy positivos, como fue el indulto a un toro de Cebada Gago el 22 de junio en Istres (Francia). Apenas tres meses después vuelve a ser profeta en su tierra: se entretiene en cortar numerosos trofeos en dos de sus actuaciones en el coso de La Condomina, pero ningunos tan emotivos como los que le conceden después de habeer indultado a “Sevillano”, perteneciente a la ganadería de Torrestrella, el 17 de septiembre. Baja notablemente el número de festejos que lidia en la temporada de 2004; a veintisiete ascienda la cifra, muy inhabitual en este torero. En Sevilla y Madrid solo torea una tarde en las ferias de Abril y San Isidro. Sufre una cogida muy fuerte en la corrida que lidia en Pamplona, que le infiere un toro de Cebada Gago; después de cortar una oreja. Una temporada muy dura sin duda para Pepín Liria, al final de la cual rompe una larga relación de apoderamiento con Rafael Moreno. Anteriormente tuvo a Teodoro G. Matilla y a Luis Alvarez. No hay duda de que este bravo torero recupera en 2005 a base de corridas el rastro de sangre dejado en la temporada pasada. Liria suma cincuenta corridas y se sitúa otra vez en los quince primeros puestos del escalafón. En esta temporada le apodera Ángel Bernal, empresario de la plaza de toros de Murcia. Obtiene un grandísimo éxito el 26 de junio en Alicante- Indulta a “Bandeilhito” de la ganadería de Palha, herrado con el número 718 y que pesó 497 kilos. Muy enrachado indulta en Baeza (Jaén) un toro de Fuente Ymbro. Vuelve a ser profeta en su tierra, logrando triunfar en las dos tardes que tiene. La temporada de 2006 llega a sumar cuarenta y siete corridas. De nuevo es herido en Madrid en la corrida goyesca del 2 de mayo y otra vez le tropieza un toro de Adolfo Martín. Díez orejas y un rabo resume su paso por la feria de Murcia, dos de ellas y rabo simbólicos al haber indultado un bravo zalduendo. Termina así otra fenomenal temporada de este bravo torero. A cuarenta y tres tardes asciende el número de festejos en la temporada de 2007, donde corta más de ochenta orejas, a pesar de resultar cogido de gravedad en Murcia, una temporada esta en la que al final de la misma anuncia su despedida de los ruedos para la próxima temporada. Y llega la temporada de su despedida. 2008, tras vestirse de luces en cincuenta y nueve tardes y cortar más de un centenar de orejas, el 12 de octubre de 2008, encerrándose con seis toros (en realidad siete, ya que regaló el sobrero) de diversas ganaderías se despide de los ruedos Pepín Liria, tras cortar ocho -orejas y un rabo en Murcia y habiéndosele declarado previamente triunfador de feria de Murcia. Pepín Liria, además de los múltiples homenajes que se le han dispensado durante su prolija carrera, hay que unirle el ser nombrado Gran Pez del Entierro de la Sardina de Murcia y Medalla de Oro de la Región de Murcia.

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